El famoso beso de Singapur: una técnica llena de historia y sensualidad

Ah, el beso de Singapur, también conocido como pompoir o kabazza en su versión árabe. Suena exótico, ¿verdad? Esta técnica sexual tiene raíces antiquísimas, de esas que ya se mencionaban en libros viejos y misteriosos. ¿De qué se trata? Básicamente, consiste en usar los músculos vaginales para estimular al pene una vez dentro, creando una sensación similar a la succión.

El término pompoir viene del francés y significa algo así como “chupadora”. Y aunque suene a magia sexual, lo cierto es que se puede aprender con algo de práctica. ¡Eso sí! Algunas personas lo dominan de forma natural, pero para otras puede requerir un poquito de entrenamiento. ¿Curiosidad? Sigue leyendo y te contamos cómo funciona esta técnica tan intrigante.

Cómo dominar el beso de Singapur (o intentarlo con estilo)

Hay varias formas de explorar esta técnica, pero aquí te dejamos un paso a paso para una postura clásica que promete sensaciones únicas:

1. Quien recibe se relaja: La persona receptora se tumba boca arriba, completamente relajada y sin mover un músculo. Este momento es para dejarse llevar.
2. Quien ejecuta toma el control: Sentada a horcajadas, quien lidera controla todo el ritmo de la acción.
3. ¡Manos quietas (o no)! Las caderas se mantienen en su lugar. Mientras tanto, el contacto visual y las caricias pueden ser el condimento perfecto.
4. Entra el músculo estrella: Ahora, las contracciones del músculo pubocoxígeo hacen su magia. Contracciones continuas e intensas son la clave del juego.

Se dice que el nombre de esta técnica viene de la leyenda de una cortesana que podía mover el pene de sus amantes con solo las contracciones de su vagina. ¿Suena impresionante? Lo es, pero también tiene su truco.

Conoce y entrena a tu nuevo mejor amigo: el músculo pubocoxígeo

Si estás pensando: “¿Dónde está ese músculo mágico y cómo lo entreno?”, no te preocupes, aquí lo explicamos. Para identificarlo, la próxima vez que vayas al baño, intenta cortar el flujo de orina durante un segundo. Ese músculo que entra en acción es el pubocoxígeo.

¿Y cómo se entrena? Con los famosos ejercicios de Kegel, pensados originalmente para fortalecer el suelo pélvico. No solo te ayudarán a mejorar esta técnica, sino que también tienen beneficios para evitar futuras molestias como pérdidas de orina.

Tip importante: Aprende a hacer estos ejercicios correctamente. Realizarlos mal puede ser contraproducente, así que si tienes dudas, consultar con un especialista nunca está de más.

¿No te convence? ¡Siempre hay más por explorar!

Si el beso de Singapur te suena como demasiado trabajo (o simplemente no es tu estilo), no pasa nada. Hay un mundo entero de opciones para experimentar en pareja. Desde juguetes sexuales que añaden chispa, hasta sesiones de slow sex donde los preliminares se convierten en protagonistas.

Lo importante es divertirse, probar cosas nuevas y disfrutar del camino tanto como del destino.