¿Qué son las Parafilias Sexuales?

¿Parafilias? ¡Eso suena interesante!

Cada quien tiene sus propias maneras de disfrutar la intimidad. Esas preferencias, a veces, parecen venir de rincones inesperados de nuestra historia personal y encuentran formas únicas de expresarse en nuestra sexualidad. Muchas caen dentro de lo que podríamos llamar común, como una fascinación especial por alguna práctica, parte del cuerpo, o simplemente por la idea de dar y recibir placer.

Pero, ¡espera un momento! Cuando los gustos se salen de la norma y el placer se encuentra en cosas, situaciones o dinámicas poco típicas, es cuando entramos en el fascinante mundo de las parafilias sexuales.

¿Son buenas o malas las parafilias?

Depende, ¿no? Como todo en la vida, hay de todo tipo. Algunas parafilias relacionadas con personas vulnerables o animales, como la atracción hacia menores o seres indefensos, son preocupantes y requieren atención profesional inmediata. Pero muchas otras son bastante inofensivas y simplemente forman parte de las particularidades de cada quien.

En esos casos, lo importante es no juzgar. Quien experimenta una parafilia muchas veces ya carga con culpa o incomodidad, así que crear un espacio de confianza donde pueda hablar del tema sin miedo puede marcar toda la diferencia.

¿Parafilia o simple curiosidad?

No todo lo que nos llama la atención o nos apetece probar es una parafilia. Por ejemplo, alguien que de vez en cuando disfruta de un toque de sadomasoquismo no necesariamente tiene esta inclinación como única fuente de placer. Si puedes disfrutar de otras formas de intimidad, probablemente solo sea cuestión de experimentar y explorar nuevos horizontes.

Un vistazo a las parafilias más curiosas
Prepárate, porque aquí vienen algunas de las parafilias más sorprendentes. ¡Y ojo! Algunas te pueden parecer más comunes de lo que esperabas:

• Fetichismo: Atracción por objetos o partes del cuerpo específicos. Ejemplos:
• Altocalcifilia: Fascinación por zapatos de tacón.
• Capnolagnia: Atracción por personas que fuman.
• Misofilia: Interés en ropa sucia (¡sí, lo leíste bien!).
• Autonepiofilia: Excitación al usar pañales.
• Exhibicionismo: Placer al mostrarse en público. Algunos ejemplos:
• Amomaxia: Hacer el amor en un coche estacionado.
• Dogging: Ser observado mientras se tiene sexo en lugares públicos.
• Voyeurismo: Excitación al observar. Variantes como:
• Hipnofilia: Placer al ver dormir a alguien.
• Candalagnia: Ver a otras personas con la propia pareja.
• Masoquismo y Sadismo:
• Masoquismo: Placer al recibir dolor o humillación.
• Sadismo: Disfrutar al infligirlo.
• Atracción por personas o características concretas:
• Acrofilia: Fascinación por personas muy altas.
• Hirsutofilia: Atracción por el vello corporal.
• Tricofilia: Excitación por el cabello.

¿Qué hace a una parafilia diferente de una preferencia?

La clave está en cuánto depende alguien de esa particularidad para disfrutar plenamente de su sexualidad. Las parafilias suelen ser más intensas, casi imprescindibles, y pueden interferir en la vida cotidiana o en las relaciones. En cambio, las preferencias suelen ser más flexibles, una pizca extra que suma placer, pero no define por completo la experiencia.

Al final, sea cual sea el caso, lo importante es abrazar la diversidad y recordar que, como decía Freud, ¡todos tenemos nuestras pequeñas peculiaridades!

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